― Lex, eres...― cierra sus ojos y respira profundo, está reuniendo valor. ―Tú eres mi alegría. Tus ojos y tu cabello son el conjunto de una melodía para ser feliz. Tus labios... carnudos de rojo carmesí, me dan un deseo imparable de tocarlos y disfrutar.― Me mira, con toda la ternura que pueden reunir sus ojos. Me quedo totalmente anonadada, rayos. Jamás imaginé que podría escuchar esto de él hacia mí.