Apuesto a que si vas caminando por la calle y ves a un chico guapo, te fijas en todo: su cuerpo, labios, ojos (a lo mejor en ese orden), y no, no en su personalidad. No hay necesidad de mentir.
Sé que si te preguntase si crees en el amor a primera vista, me dirías que no (o que sí, ¿quién sabe?)
Estoy segura de que crees en la atracción a primera vista (porque, ¡hola! Chico guapo a las 12 y te sonríe. ¡No hay duda de que cayó como una mosca!) y odias los que critican por el físico, pero...
¿Dime si miento cuando te digo que todos lo hemos hecho alguna vez?
Esta historia no pretende hacerte creer en el amor a primera vista, mucho menos lograr que camines por la calle y le grites a alguien "¡Qué guapa personalidad!". No quiere hacerse pasar por algo súper original, que te matará de impresión. No.
El único propósito de este relato es hacerte caer, lector, en sus redes. En que te llegue al menos un poco de su mensaje, sintiendo cada palabra en tu piel. Lo que espero que suceda cuando lo leas...
Es que entiendas qué es la belleza del amor (y con suerte, que sonrías un poco hoy).All Rights Reserved