
Esta es una historia en diferentes tomos sobre un hechicero más bien promedio. Lanzaba hechizos brillantes de sus manos, era muy inteligente y estudiaba runas antiguas. Lo que le destacaba de otros hechiceros, sin embargo, era que comía avellanas todo el día. Comía otras cosas también, pero nunca pasaba más de una hora sin que comiera avellanas.All Rights Reserved