Nunca había cruzado la linea... No era una chica buena, ni mucho menos, no era responsable, había sido expulsada del instituto y la universidad, salvándome de una expulsión total gracias a las influencias de mi madre. Pero nunca había cruzado la linea de esa manera, yendo en contra de mi familia, amigos y todo lo que hasta ese momento era mi vida. Valió la pena, valió la pena cada segundo, cada minuto, cada sonrisa y cada lágrima.
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