Lo que las paredes guardan

Inglaterra, 1911.

Edith Batchelor es la joven y bella hija menor de una adinerada familia que, tras unos años formándose en Francia, regresa a la mansión en los Costwolds para presentar oficialmente a su prometido, el Barón de Anoia, quién trae consigo una mente más abierta y unas costumbres de una vida más moderna y avanzada de la que se ha nutrido durante la Belle Époque y que deberá intentar hacer encajar, tanto él como su propio personal de servicio, en la estricta y recatada familia que aún vive con fuerza arraigada en los usos y normas victorianas.

A veces, las historias se quedan ocultas y en silencio. Unas veces porque se ignora su existencia y se vuelven invisibles, otras veces porque sus protagonistas la guardan con tanto celo que no permiten que salgan de sus paredes. Pero las historias nacieron para ser contadas, por lo que, sin importar en qué momento fuesen creadas, siempre habrá alguien que les de alas para que vuelen tan libres como merecen.