Hasta sus dieciséis años Elizabeth había tenido una vida lo bastante normal para ser una adolescente. Aunque hay que tener en cuenta que la palabra normal puede variad de concepto en cada punto de vista, porque por ejemplo un día normal para ella en la escuela era ir, sentarse a tomar clases, pasar desapercibida, ir a su casa, hacer sus deberes, comer, dormir y al día siguiente se repite el ciclo. Claro que ese estilo de vida que a ella tanto le acomodaba no podría durar para siempre. Justo cuando sus compañeras de preparatoria decidieron hacerle acoso escolar es cuando ella se da cuenta que no es normal, que nunca en su vida lo ha sido y que no esta en sus venas serlo. Ella en ese instante supo que era una bruja y que su abuela también lo era. Su abuela al enterarse que su nieta es igual, aconseja enviarla a una escuela para personas con habilidades a las de ella, una escuela que lleva por nombre Pomfret Academy, donde ayudan a personas como ella controlar y dominar sus habilidades.
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