Lena Montgomery era una mujer sencilla, de buena familia, trabajadora, estudiosa y simpática que vivía su vida con normalidad. Tenía pocos amigos, pero era una mujer de fácil trato. Le caía bien a todo el mundo. Ella fue criada bajo fuertes principios morales y hacía las cosas pensando en ir por el camino del medio. Todo cambia al conocer a su nuevo jefe. Un hombre casado con tres hijos y una esposa despampanante. Para Lena fue como un flechazo al verlo, pero sabía que era imposible una relación con él. Además que iba a contra de su esquema de vida y de lo que siempre pensó de ello. Así que trató a su jefe con respeto y simpatía, como normalmente era ella. Sin embargo, de la noche a la mañana, su jefe comienza a hacer cosas y lanzar señales que dan a la mente de Lena, mucho que pensar y sentir. Máximo comienza a sentir cosas por su empleada y a pesar de estar en buena relación con su esposa, no puede evitar sentir algo por Lena, así que decide seguir el juego con ella. Ambos se sumergen en un mundo clandestino de pasión, donde saben que si son descubiertos acabarían con sus perfectas vidas.