Con el nacimiento de cada ser humano, se desprende desde lo espiritual el nacimiento de sus almas. Cada ser humano cuenta con su esencia protectora que vela por ellos días y noches, pero también adquiere a su propia contaminación, su deterioro, que lo acechan, lo impío, lo oscuro. Esto es la posible encarnación del que nunca nació y que cohabita en cada segundo de existencia del que logró vivir. Zalieth es ella.
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