-¡No, por favor dime que no es verdad!- Dije con un nudo en la garganta y con lágrimas en los ojos.- Dime que es mentira.- Suplique en un susurro lastimero. -Oh, cariño, esto es la realidad.-Se burlo dulcemente, para después, golpear mi abdomen con toda su fuerza. Tosí con fuerza repetidamente escupiendo un poco de sangre en el proceso, tratando de hacer que el aire entrara a mi cuerpo. -¡Hija de puta! ¡¿No te ha bastado todo lo que me haz hecho?! .-Grité entre jadeos, y después de mi arrebato de furia, comenzó a destornillarse de risa. -Realmente, no lo entiendes, ¿verdad?.- Carcajeo otro poco.-Veras, mi niña hermosa, lo que te hice y te he hecho, no es nada comparado a lo que te haré en un futuro.- Camino hacia la puerta, volteó un poco la cabeza para verme y me dijo con asco, disfrazado de amor.- Disfruta tu estancia aquí, mi niña.- abrió la puerta, salió y se retiró tarareando una canción, dándole paso a uno de mis verdugos