Ellos, dos polos opuestos. Madisson y Estuardo, quien diría que el destino los uniría. Tu, tú me das esperanza- dijo Madisson con lágrimas en los ojos. Mientras, Estuardo la abraza con fuerza, olvidando todo lo que está a su alrededor, el ruido de los carros, las personas y el frío que hacía en los inicios del invierno. En ese momento, Estuardo no le importo nada mas que ella, se dio cuenta que la que chica que sonríe todo el tiempo en realidad por dentro tiene cicatrices por sanar.