Airaia siempre quiso escapar, entrar y salir de su casa cuando ella quisiera, como el aire que entra por la ventana de su cuarto y se va así como así. No quiere depender de nadie, ni siquiera de sus propios padres, los cuáles deben de vivir en otro mundo porque no le prestan la más mínima atención. En su décimo sexto cumpleaños, agobiada de estar sola, Airaia se fuga de casa con la intención de irse al convento gratuito que se encuentra en el bosque que está cerca de su casa, en el que acogen a niños sin familia. Allí conocerá a personas muy extrañas, y a Niab, un muchacho extremadamente hermoso que parece ocultar demasiado, el cual a ratos parece soportarla y a otros odiarla como nadie. Airaia descubrirá, que en casa de sus padres no se vivía tan mal. Pero cuando eso ocurra, será tarde y alguien se habrá encargado ya de convertir su vida en un caos.