Para Kay McCartney, la vida en definitiva no es un campo de rosas. La vida de Kay es una constante balacera y muerte gracias a su padre. Pero Kay sabe que si la vida te da limones, debes exprimirselos en la cara a aquellos que no te agradan, así que cuando su padre la envia fuera del país para su propia seguridad, Kay aprovecha la situación al máximo y se da a sí misma la oportunidad de reinventar su vida en un internado donde conoce a gente tan peculiar como lo es ella. Particularmente Jayden Thompson.
Siendo los dos, completamente opuestos, a menudo se encuentran atrapados en situaciones incómodas y humillantes. Pero para la sorpresa de ambos, terminan el uno, loco por el otro, y a la vez, desesperados por ocultar sus sentimientos.
Pero Jayden no es buen chico, y a pesar de lo que Kay cree sentir por él, se ve atraída por el chico perfecto del internado: Zack Bynes.
Parece un sueño cuando están juntos, parece estar flotando.
La confusión en el corazón de Kay crece con cada segundo que pasa con cualquiera de estos dos chicos.
Zack es dulce y caballeroso, lo que Kay siempre soñó en un chico.
Jayden es rebelde e impulsivo, algo que inesperadamente, le llama la atención a Kay.
¿Podrá Kay encontrar una forma de saber con exactitud lo que siente y tomar una decisión que además de correcta, sea lo que ella quiere?
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las galaxias y demás.
Y así como adora eso, también tiene una gran afición hacia la persona y canciones de Jayden Blackwood.
Cómo cualquier fanática normal, sueña con tener un encuentro fugaz con aquel a quien llama ídolo. Poder coincidir al menos en una mirada, un roce o tal vez en alguna interacción por redes sociales, pero así como sueña con eso, sabe que es imposible que aquello suceda...
¿O no?
Paris Smith se ve envuelta en ese momento que toda fan desea tener con esa persona a la que admira, cuando por culpa de un pequeño accidente sus vidas se ven entrelazadas de un momento a otro.
¿Quién diría que un encuentro tan fugaz como un suspiro podría unir a dos personas de distintos mundos?
¿Quién diría que una chica que tiene la nariz metida en libros de astrónomos famosos podría coincidir con alguien que ama los reflectores y los aplausos?
Y sobre todo ¿Quién diría que una chica normal podría involucrarse con una super estrella?