No me gusta subestimar los problemas ajenos, creer que los míos son más importantes o que nadie es capaz de entender mi situación. Pero cuando durante toda la infancia y adolescencia, tenes que sufrir el bullying tanto en el plano escolar, con compañeros desalmados que lo único que hacen es burlarse de tu apariencia, también lo sufris en la calle, con gente que no te conoce pero igual te juzga, en las tiendas de ropa, cuando te miran de forma despectiva al decirte que no hay de tu talle. Y me atrevo a decir que también se sufre en el plano familiar, porque todos tenemos un tío o tía que no dejan de recalcar lo obvio, - tenés que hacer dieta, Te diste cuenta que cada vez estas más gorda? - seh, la verdad que eso no ayuda. En esos momentos yo solo quiero gritar de frustración, de enojo y simplemente encerrarme en mi habitación y lidiar con mi miseria. Hasta que un día, decidí que ya no quería esconderme más, que ya no quería aguantar los insultos de nadie más por el simple hecho de ser gorda, no tengo por qué hacerlo. Quiero cambiar mi apariencia, sentirme sana, linda y poder estar tranquila conmigo misma. Y lo voy a hacer por mi, porque YO quiero y porque es mi decisión. Creo que merezco un nuevo comienzo, me va a costar, pero lo bueno merece la espera...