Perdido. Así se encontraba Tony Stark en el año 1936, al cual había viajado culpa de una máquina del tiempo. Allí se encontrará con un joven Steve Rogers antes de que este se convierta en el Capitán América. Su carácter tierno y dulce será como un bálsamo para soportar la pesadilla que está viviendo. Sin conocer a más nadie, sin lugar donde ir y con el terrible peso de sus adicciones sobre la espalda, Tony deberá tratar de encontrar un modo de regresar a su época. Para ello, tendrá que enfrentar a un pasado que se encarga de borrar todos sus recuerdos, imponiéndole una nueva identidad: La identidad del tiempo.