Oh, vamos mi pequeño ¿Quién ha congelado tu corazón? Te he observado todo este tiempo. Ya no quieres, ni sonríes con la intensidad de antes, tu brillante sonrisa se apagó y tu corazón se ha quebrado tanto ¿Que ya no sientes? Vamos deja que este príncipe de la mentira alivie tu dolor. ¿Quieres que me quedé? Me quedaré el tiempo que me necesites, úsame a tu antojo y menester mi pequeño, pero nada es gratis, pediré tu cuerpo a cambio, a cambio quiero que dejes que la lujuria y el placer tomen lugar en tu ser y en tu mente, ese es el trato, te daré lo que necesites, amor, comprensión, el cariño que todos te han negado. Oh, mi pequeño niño ¿Porque lloras, tanto has anhelado oír eso y nadie te lo ha dicho? Entonces toma mi mano y bailemos juntos hasta que te sientas mejor y los trozos de tu desdichada alma queden entre mis manos, hasta que tus pies se cansen y la sangre comience a fluir, hasta que tu último suspiro y aliento sean míos ¿Quién de los dos perderá en este juego? ¿El humano pecador o el demonio que ve un poco más de lo que debería en esa mirada castaña?