Eira

Tuve una vida normal, no tuve padres muertos ni ausentes en mi vida, todo lo contrario, yo y mi hermano siempre recibimos mucha atención y amor por parte de ellos. Al crecer, conseguí un buen puesto en el trabajo que yo quería, así que realmente nunca tuve problemas económicos, sólo que a diferencia de mi hermano, yo nunca me casé ni formé una familia. Pero tampoco es como si me quejara por eso último, después de todo...no muchas mujeres están dispuestas a casarse con otra mujer, y menos una que realmente no resalta mucho entre las demás. No era fea, pero tampoco era hermosa...era...común, simplemente no llamaba la atención. Así siguió mi vida por muchísimos años, hasta que finalmente, llegó el día de mi muerte.

Estaba dormida cuando ocurrió, así que no sufrí ni nada por el estilo. ¿Que si tenía algún arrepentimiento?, pues...supongo que no, realmente nunca tuve ninguna meta personal ni algún sueño que quisiera cumplir, así que no dejé nada pendiente.

Pensé que ese sería el fin de mi historia, entonces...¡¿Por qué carajos estoy frente a la chica más hermosa que he visto en mi vida, y la cual me está diciendo que ahora voy a reencarnar en un mundo de fantasía?!, y lo peor de todo, como una...¡¿Enana?!.