Se podría considerar que Bruno D'Ancora nació con extravagantes comodidades por parte de sus padres en Capri, un pueblo vintage y rustico a simple vista expectante en un lugar de Italia. Desde la generación de sus abuelos su familia prevaleció en su ciudad natal para convivir con la gente que los rodeaba. Porque, a pesar de que sus ancestros vivieron ahí, nunca vivieron físicamente en la época en la que estuvieron vivos. Todos habían tomado a la familia D'Ancora en el pasado como una familia de locos por sus costumbres, creencias, actitudes y los objetos que se veían a simple vista cuando entraba a sus casas. Las cuales, se podrían considerar como un museo por la cantidad de cosas que ahí se guardaban, desde rocas antiguas que contaban secretos para el que supiera leerlas, objetos antiguos o cuadros que costaban una fortuna en una subasta. Pero, de todas las cosas que había, solo una destacaba el espejo de cristal liso de punta a punta en la pared de unas de las habitaciones mas escondidas de la casa. Muy pocas personas se habían visto realmente en ese espejo, pero son contadas las personas que han podido atravesarlo.All Rights Reserved
1 part