Estos ojos derramaron tantas lágrimas que, en determinado tiempo, se negaron a seguir brotando. Mi mente quedo en el espacio, mi percepción de tiempo renuncio, la razón prefirió esconderse y la realidad simplemente se marchó sin decir adiós. Fue así como llegue a la estación de tren llamada "depresión". Ahora te extraño, pero ya no puedo permitirme volver a esa estación que no me asegura mi boleto de vuelta. Ahora solo quiero mi mundo de colores, pincelado por los sueños, enmarcado por las metas y reinado por un vivo y loco corazón. La historia solo tendrá el sentido y lógica que decidas otorgar, pues la coherencia y sentido es muy individual :)