CUANDO SU PADRE LE ENCOMENDÓ SU DESTINO, no lograba entender porqué la tierra. Un planeta joven con unos habitantes inmaduros incapaces de comprender que los dioses vivían entre ellos. Pasado el tiempo, se negó a aceptar que él la había abandonado, que ya no portaba su gracia, gritó, la naturaleza sufrió con ella. Muchos años después asumió que ya no era nadie, olvidada por sus hermanos, olvidada por su gente, pasada a la historia como nada, pero ya no había lamento. Del mismo modo que la diosa portó luz cuando llegó al planeta tierra, como si del día se tratase, fue marchitándose para ser acompañada por la luna, la soledad, el silencio. Ahora solo portaba oscuridad. -ADVERTENCIA- HISTORIA TOTALMENTE ORIGINAL. Prohibida la copia o adaptación de esta historia. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Copyright ©