La juventud es sólo la transición inoportuna de la luz al abismo. Inicias tu viaje en la casa limpia y pura de la niñez y de pronto el papeleo de la vida te obliga a mudarte a la madurez adulta y el decaimiento mental. Pero, no sólo puedes ser un mono que salta de rama a rama y listo, abandona esa pelota, toma una corbata, busca trabajo. Hay un purgatorio entre el infierno y el paraíso, una trinchera entre bandos de guerra fría, y una calle de vagabundos entre edificios. Hay una juventud; curiosa, ambiciosa y con altas probabilidades de caer en la tentación. Una juventud entre un niño y un hombre. ¿Cuernos o alas? ¿Qué eliges?