Jade aborrecía el color blanco y la monotonía. Odiaba los hospitales y las pastillas. Irónico puesto que ahora era una paciente más del hospital psiquiátrico de Seattle. Káiser era el mejor psiquiatra de la ciudad, después de un caso fallido, un enamoramiento y una muerte, decidió volcar toda su sabiduría dedicándose al papeleo de la clínica Jones. La tentación lo consume, después de que tres médicos rechazaran el caso de la problemática Jade Williams el psiquiatra se ve tentando a ayudar a la chica de ojos verdes, mirada perdida y sonrisa perfecta de la que tanto se rumorea.