Más allá de las llamas

Si estás leyendo esto en vez de hacer cualquier otra actividad, antes de nada, GRACIAS. Vivimos en un mundo consumido por la tecnología donde con pocos clics hay entretenimiento asegurado, pero si te quedas a leerme, por favor disfruta, porque tras estas palabras hay tanto sentimiento mío como agua tiene el mar. A todos nos gusta sentirnos escuchados - o leídos -, gracias por hacerme sentir especial en un mundo donde prima lo ordinario.

Aquí encontrarás tanto de mí que a lo mejor me llegas a conocer mejor que yo mismo. Pero si cuando acabes de leer todo lo que aguardan estas páginas te preguntas qué más pasó... bueno, si te lo digo ahora no tendría mucha gracia, sería un spoiler, por lo que cuando acabes el viaje que esconde estas páginas sabrás lo más novedoso que me acontece.

No quieras acabar pronto porque lo importante nunca ha sido el final, lo ha sido el camino. El final dura un suspiro mientras que el camino sólo se puede medir en sueños, ilusiones y disfrute. Si no, no es un camino, es un martirio. Todos sabemos que el sol nos deja cada noche, a muchos nos encanta como se va entre las olas del mar. Algunos disfrutamos el cielo que queda en un festival de colores tan cálidos que nos hace sentir que está en llamas en un mar que no lo apaga, lo exalta como harán las estrellas a su luna en el cielo nocturno. Para unos pocos éste es uno de los espectáculos visuales más bonitos que podemos ver, porque lo bonito no es que el sol se vaya para que reine la luna, lo bonito es el cómo acontece todo. Poco a poco. Mientras nos preguntamos qué habrá más allá.