Nada es todo y todo es nada.
Erase una vez, una chica, Lucía, que le iba bastante bien en su vida, su novio Pedro la quería, sus amigas eran las mejores y su madre porfin se había divorciado de su padre.
Pero la calma no dura eternamente, llegó la mudanza, arrastrando la boda de su madre con su nuevo padre, la ruptura de Pedro y el abandono de sus amigas.
Y, la mudanza, trajo mejores amigas, noches locas, noches de lágrimas y noches de risas. Pero todo su mundo cambiaría recién acabado el instituto, no podría retener buena suerte por mucho tiempo.
Llorarían como nunca antes lo habían hecho, y perdonarían. Pero jamás olvidarían su actitud y sus miradas. Era ya parte de su corazón.
Freen era una omega bastante rara para la personas aquellas decían que era un poco más alta para ser una omega otros que podría dar miedo si te miraba y algunas personas solo quedaban enamorada de verla aunque para Freen todo era normal pues siempre era amable y nunca se enojaba atenta con sus seres queridos era la chica perfecta como sus padres solían decir.
Becky una pequeña omega tan hermosa como la primera nevada era una chica responsable y cuidadosa con todo lo que hacía vive esperando a que aquella omega aparezca una vez más a su vida pues recuerda que alguien la salvó cuando era pequeña más no recuerda su rostro así que vive con la ilusión de que algún día aparecerá.
Pero ¿Qué pasaría si la persona que espera aparece en último año de universidad? ¿La reconocerá?