Asher había vivido toda su vida entre niñeras, guardaespaldas y enormes hogares desolados, más de una navidad la había pasado solo en su habitación o jugando con algún miembro del personal. Sabía lo que significaba ser el único hijo de sus padres, y que su vida se había escrito desde su nacimiento, pero ser el heredero de uno de los imperios hoteleros más grandes del mundo no podía ser siempre tan malo, y aunque esas eran las palabras que se solía decir todo el tiempo, llegaba un punto en la vida en donde incluso los herederos necesitaban un cambio de perspectiva, al menos para no volverse completamente loco. Asher, Schlesinger Extras. Todos los derechos pertenecen a Ekatherina George.
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