Jae solo respiraba, caminaba, comía y dormía. No se sentía realmente vivo. Solo un zombie, repitiendo todos los días las mismas cosas. Aburrido decide parar su sufrimiento pero algo sale mal y termina en un hospital psiquiátrico. Jae necesitaba ese algo o alguien que le regresé la vida. No estaba en sus planes encontrar un poco de vida en un lugar horrible y tenebroso, pero la vida es así. Las segundas oportunidades existen.