¿Nunca se han preguntado en el destino? Siempre supe que los lazos de sangre en mi estaban malditos, que fuera lo que fuera yo no estaría preparado para enfrentarlo y que ser débil era parte de mi. No lo supe de inmediato pero cuando ese pelinegro entro a mi vida todo comenzó a cambiar, yo comencé a cambiar... Las verdades comenzaron a surgir, los secretos fueron revelados... Cosas que nadie se imaginaban fueron posibles y por un momento y por mas doloroso que fuera, el peso sobre mi se sentía cada vez mas ligero. -Gracias -sonreía el pequeño rubio de mejillas rosadas. -Porque agradeces, no necesitas agradecer nada - respondió el pelinegro mientras limpiaba una lagrima que se había escapado de los lindos ojos del pequeño -Gracias por ser la primera persona en darme una razón para vivir...