Araki había quedado embobado con la linda chica nueva que llego al instituto. Su cabello rosa ondulado, sus ojos con largas pestañas que brillaban cada vez que sonreía. Sin duda era una chica demasiado linda. Quería acercarse para poder pedirle una cita o simplemente para hablar con ella, pero jamás esperó que aquella chica no fuera lo que pensaba.