He permanecido más o menos unos 2 meses en este proceso de desprendimiento, en dejar ir, aceptar, perdonar (aunque esta última es la más difícil y pienso que un no la logró) decir adiós no es fácil, cuando uno ama y se decepciona es un doble dolor, un doble duelo. Es complicado decidir por cuál de los dos vas a sufrir, y te pones de acuerdo; un día sufres por no estar con la persona que amas, al otro sufres porque no es ni remotamente la persona quien tú creías que era. Me he llenado de malos pensamientos durante estos meses (y pienso que en el fondo aun lo hago), llegue a contar una lista de contras por lo cuales no es viable seguir ahí, destruyéndome, perdiéndome. La respuesta a todas mis dudas es: cambie. Comencé a brillar sola, me amé en serio, me atreví, disfruté sin depender de ti, valoré el tiempo y la dedicación de personas que eran capaces de dejar de lado sus vidas para sonreírte, para acompañarte y decir -"aquí estoy"