Mi mano tiembla al sentir la manija de la puerta frente a mi, me debato entre si entrar o no después de todo la persona que se encuentra al otro lado de la puerta hace que mi cuerpo tiemble con solo una mirada suya.
- ¡entra ya!- me digo a mi misma.
Tocó suavemente esperando no obtener respuesta y poder escapar a este enfrentamiento. Escucho un "adelante" con voz firme del otro lado indicado mi suplicio.
- permiso- me armo de valor y entro a la maldita oficina, frente a mi se encuentra la razón de mis sueños y pesadillas.
Se encuentra ahí parado con la mirada puesta en unos papeles, viste como es abitual un traje imponente, unos zapatos perfectamente lustrados una corbata a juego y el pelo perfectamente peinado, pero aún no a perdido la costumbre de llevar una bufanda consigo, recuerdo que el odiaba sentir frío en el cuello, era lo que más odiaba de los días fríos, me doy una bofetada mental y me repitó nuevamente a cada momento que el hombre que yo ame ya no está aquí y solo fue un sueño del pasado, cada día pero se ha vuelto más difícil verlo a menudo y no poder siquiera formular una palabra frente a el y callar el montón de preguntas y emociones retenidas en mi interior.
- señorita Taylor, se encuentra bien- me topo con su mirada extrañada mirándome fijamente, me había perdió en mis pensamientos y se me olvidó que estaba frente a el.
- he... Per..don- respondo rápidamente, maldigo el tartamudear frente a el.
- ¿esos son?- señala a los papeles que tenía en mis manos omitiendo mi torpeza.
-he.. si, son los documentos que esperaba de Hong Kong- me apresuró y pongo los documentos en su escritorio, nesecito salir de aquí. - me retiro- me apresuró en salir de ahí.
-Al... Mmm si - escucho que intenta decirme algo pero no estoy dispuesta a seguir frente a el, salgo huyendo. cada segundo junto a su presencia es jodidamente doloroso.
Es destino fue cruel conmigo, me dejo los mejores momentos de mi vida solo como recuerdos, solament
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.