Escrito uno
Escritor: Escribir para no morir, es lo que hago. Enciendo el cigarro y lo fumo, caigo en éxtasis de la relajación total y efímera de mi cuerpo, tengo sed de estas letras, pero siento que a veces ellas me cogen a mí. Me escondo de mi realidad, si ella verdaderamente me enferma y pinto mi pecho en oleadas de óleo, compongo mis versos y los utilizo como hoja de papel.
Escritor: Escribir es el desahogo de mis palabras, y sé muy bien para quien escribo, estoy frente al espejo y observo a perpetuidad mi cuerpo, la deseo, toco despacio sus poros, froto lentamente la montaña de venus y aparece el cándido mirar de las estrellas.
Escritor: Me pregunto a diario ¿Quién seré hoy? y ¿Qué puedo ser mañana? Poder enmascararme y a la misma vez desenmascararme, juego con mi realidad, me rio de mis locuras y tengo la necesidad de alzar la voz.
Arthur Zaens, un multimillonario frío y desalmado que ha vivido en la oscuridad desde la desaparición de su esposa, dejándolo solo con sus dos hijas gemelas. Desesperado por encontrar una niñera que cumpla con sus estrictas expectativas, Arthur conoce a Lía, una ex escritora y editora recomendada por un amigo. Aunque su relación comienza de manera conflictiva, con discusiones y malentendidos desde su primer encuentro en un bar, Lía se convierte en la persona que poco a poco transformará la vida de Arthur y de sus hijas, desafiando su frialdad y cambiando su mundo para siempre.