Es una historia corta, 2 capítulos largos, los cuales tienen amor, traición, mentira, engaño, sexo, muerte, y mucha lealtad. Ambientada en el año 1500 y ... bueno, hay que leer para descubrir que pasa.
...-Debéis calmarte hijo - Mi abuela dijo como me vio caminar de un lado a otro, desesperado, desconsolado.
-No me pidáis eso, ella está allí afuera, en el bosque, en cinta con mi hijo, es pleno invierno, nadie la ha visto y ha pasado una semana - dije en voz baja mirando como caía la nieve sobre los prados que en cierta época del año son de un rico verde.
-la acusaron de traición, el rey la iba a ejecutar.
-¡No tenía el derecho, también es mi hijo! - dije rugiendo con dolor.
-¿la habéis seguido después de que se marchó? - mi abuela pregunto con dureza -¿lo habéis hecho? ¿la habéis seguido cuando huyo para salvarse a ella y a vuestro hijo?
-No -Musite, ella asintió y se dio media vuelta disponiéndose a marchar.
-Entonces no lloréis por haberla perdido, si sobrevivió al clima es un milagro, pero nadie sobrevive a estas nevadas y tu mejor que nadie lo sabe, solo reza para que encuentre el descanso eterno, pero sobre todo reza para que te perdone por haberla dejado marchar - y con eso ella marcho dejándome con la pena y la perdida de mi amada y mi hijo no nacido.
Un hombre muy versado es aquel que es muy instruído en varias materias o muchos conocimientos, así es Albert, un hombre bastante alto. ¿Cuánto? 1.97cm. Todo un hombre de letras y artes que vivía holgadamente en una rutina constante, intentando escribir historias maravillosas, mientras defiende patrocinados o dicta clases sabatinas de música. ¿Atractivo? Pues no. No, no muy atractivo. Pero eso si, capaz de proyectar el más puro magnetismo con sólo abrir una bolsita de gomitas, parado en cualquier esquina, ajeno al mundo. Soltero por convicción. Mujeriego?. No. No es mujeriego, pero admiradoras no le faltan. ¿Gay? No. No lo es. ¿Arrogante? Bueno, si, un poco. Pero eso si, sin proponérselo.
Ellen, es una mujer que acostumbra no complicarse la vida, su filosofía era simple: "Deja vivir y no dejes que la vida te viva". Ella tenía una vida bastante ordinaria. Vecina de Albert, fanática del perreo y de cualquier ritmo popular y vernacular. ¿Imprudente? Ese era su apellido. Chismosa? Siempre. Y chismosa a más no poder. Pero eso si, a su modo ella se las ingeniaba para hacer de todo un poco, electricidad, albañilería, medicina, jardinería. ¿Cómo? Sus mañas tenía. Su afición no dejar dormir a su vecino los fines de semana. Odiaba los libros como ninguna. Por eso se conformaba con lavar mugre por las mañanas o atender en un bar cercano.
Ella era la chica menos pensada para él. Y él es lo que ella menos imaginaba para sí misma.
En conclusión eran unos vecinos bastante opuestos que se ven involucrados tras un incendio. Y por azar del destino ellos llegan a enamorarse. Al cabo de un tiempo uno de ellos debe tomar una decisión. ¿Quieres saber como termina este par? Pues acompáñame en esta nueva historia, que será toda una aventura.
Un agradecimiento especial a Gabrielito Peña por mi hermosa portada, sos grande tigre