Nunca sabes lo que el destino te depara y menos en cuanto de amor se trata. Yo aprendí eso como todos lo hacemos en algún punto de nuestras vidas; algunos lo aprenden por las buenas y otros por las malas. En mi caso... creo que fue por las buenas, nunca pasé malos ratos aunque a veces me arrepiento del tiempo desperdiciado. He aquí el por qué. Me enamoré de mi mejor amigo. Creo de hecho, que siempre lo estuve pero me di cuenta 8 años después de que comenzara nuestra amistad. Aún no sé cómo es que sucedió, pero así fue. Éramos completamente opuestos, a él lo veían como el típico chico problemático mientras que yo no era nada; nunca fui considerada popular, nerd, atlética, o cualquiera de esas cosas, jamás fui parte de chismes o rumores, era invisible para todos - aunque sí tenía amigos - y eso a mí me gustaba. Sin embargo; las cosas cambiaron cuando llegó él pues a muchas personas les dio curiosidad como es que éramos tan unidos siendo tan diferentes. Si tan solo supieran que yo jamás entendí la razón. Éramos total y absolutamente la historia cliché favorita de todos... incluyéndome a mí entre ellos. Una noche todo cambio, gracias a una discusión. Nuestra relación dio un giro de 180 grados y a pesar de que al principio ninguno estaba seguro de nada, no pudimos vernos solo como amigos nuevamente. Y no me arrepiento de nada. ¿Quién diría que después de tanto negar que algo pasaría entre nosotros, terminaría riéndome por no saber lo que decía entonces? Definitivamente todo mundo menos él y yo. Él y yo. • • • • • Actualizaciones cada semana. (Advertencia: está historia contiene escenas sexuales explícitas y algo de lenguaje altisonante).
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