Todo el mundo ha escuchado alguno de los cuentos clásicos, ya sean, Los Tres Cerditos, La Bella Durmiente, Pinocho... Todo el mundo ha escuchado alguno, y a muchos les han fascinado, hasta el punto de que se han creado miles de historietas a raíz de estos, se han hecho películas, se han hecho teatros, incluso animaciones de estos personajes, y lo más común en ello es que los mezclen, como si todos convivieran en un mismo mundo. Pero todos los cuentos tienen algo de verdad, y incluso eso tiene verdad. Paralelo a este mundo existió un mundo en el que sin saberlo convivían distintos cuentos clásicos. Creado a partir de distintas y poderosas mentes humanas, los autores. Lewis Carroll, los hermanos Grim, Christian Anderson,etc... En este mundo todos los cuentos se repetían en bucle, una y otra vez, perfectamente igual. Pero como en todo bucle, algo tenía que fallar en algún punto, y eso ocurrió, falló algo en La Caperucita Roja, desencadenando un perfecto desastre. Y esa es la historia que vengo a contaros, como sucedió.