Prólogo
"¿Disculpa? ¿Por qué no me habías dicho nada? Creo que tenía el derecho de saberlo". Sonaba un poco molesto, lo cual me pareció extraño, ese debería ser mi papel en esta situación.
"Para qué? Me hubieras abandonado como la primera vez". Respondí. No, no iba a llorar frente a Matt.
"No, si te abandoné fue por otras razones. Además, yo no tuve la oportunidad de tener un padre". Suspiró.
"Lo sient...". Me interrumpió.
"Quiero que mi hijo la tenga". Estuve cerca de reírme, no podía creer lo que estaba escuchando.
"Le buscaré uno, tranquilo". Traté de sonreír, pero no de la manera que él esperaba.
"Quiero serlo yo, te ayudaré a cuidarlo".
"No". Me negué. "No has estado conmigo desde esa noche que desapareciste como si yo no te importara, ¿no pensaste como me iba a sentir?".
"Leah, yo no pensé lo que estaba haciendo".
"Después de cuatro meses, te dignas a venir a mi casa con la excusa de querer ser el 'padre responsable' que no tuviste".
"Suena mejor de otra forma". Hizo una pausa, tratando de mantenerse tranquilo. "Quiero hacerme cargo de nuestro bebé".
Después de unos minutos comprendí que Matt no haría esto sin establecer una que otra condición, a lo que yo llamaba "la parte negativa del contrato".
"¿Cuáles son tus condiciones?". Por unos segundos me miró de una forma extraña. "¿El trato? ¿Soborno? ¿Chantaje?".
"De acuerdo". Se tomó unos minutos para pensar y después continúo. "No es que sea tan malo, pero no pienso llevar ningún tipo de relación contigo, solo espero que el bebé me vea como un padre".
Eso no era exactamente lo que yo tenía en mente.
"Una cosa más". Lo volteé a ver esperando su respuesta, añadida a una conversación que yo ya había dado por terminada. "No pienso dejar de lado a mis chicas". Sonrió cínicamente.
Yo comprendía perfectamente lo que eso implicaba: él no dejaría de ser mujeriego.
Todos los derechos reservados.
Un abrazo,
Gabriela.
Tras ser vendida. Ophelia ha vivido un infierno durante años; Sin embargo tras ser sacada en ese infierno finalmente pudo encontrarse con su amiga, cuando pensó que las cosas no podrían ser mejor, apareció ese hombre para arrebatarle todo en solo un instante.
Nikolay es el dueño de todo Italia un hombre bestia y de corazón de piedra, tras haber pedido el amor de su vida, Pero jamás pensó que volvería a encontrar una mujer que tuviera las mismas características del amor de su vida.