Mi nombre es Alice Liddel, vivo en el reino de trébol, hogar de la primavera eterna y soy una Joker.
Digamos que, los Joker no tienen buena reputación, son conocidos por intentar asesinar a los monarcas para intentar quedarse con el trono, su avaricia y envidia es bien conocida, por eso son despreciados y repudiados. No tienen rango y tampoco un número (lugar en la nobleza). Es un sustituto de Rey, y eso fue exactamente lo que paso, inesperadamente mi vida cambió cuando el Rey de trébol fue asesinado y entonces tuve que tomar su lugar. Un montón de gente extraña llego a casa y me llevaron al palacio real de tréboles. Mis ancestros fueron nombrados Jokers por los mismísimos reyes, y este ha sido un legado que ha pasado de generación en generación hasta llegar a mí. Jamás en la historia había sucedido que un Joker tomará el lugar de un rey, el mundo entero se percato de la noticia y estaba en la boca de todos, siendo observada, señalada y criticada. Una humilde recolectora de 20 años, se había convertido en reina de la noche a la mañana.
Tuve que aprender el protocolo real, entrar a una escuela de élite para los números (familias de la realeza) tuve que lidiar con una reina de diamantes caprichosa y egoísta que me odiaba a muerte, tolerar al rey de espadas que no me reconocía como reina y afirmaba que estaba enamorada de él, tuve que soportar a un caballero de juramento o mejor dicho a un “As” que me seguía a todos lados, a una “Sota” que me aconsejaba sobre cada cosa que debía hacer detalladamente, pero con el más difícil que tuve que lidiar, fue con el rey de corazones, tan misterioso y arrogante como frío, enigmático y callado, dueño de un trágico pasado y de unos ojos vacíos y solemnes, su título le quedaba a la perfección, porque se convirtió en el rey de mi corazón.