-Dann, eres un hombre de 23 años, ¿enserio seguirás así por más tiempo?, ella no te encontrará, no aquí.- Dijo en apenas un susurro, yo sólo miré sus pies con nerviosismo, mientras el suspiraba de nuevo -Dann, mírame- dijo él acercándose más, yo negué rápidamente, sintiendo cómo el pánico me carcomía de nuevo, cómo si ella estuviera frente a mi.
-No, no no- Decía repetidas veces, sintiendo el ataque de ansiedad que recorría todo mi cuerpo, apoderándose, haciéndome suyo, siendo uno sólo.
Sentí que algo aterrizaba en mis piernas, yo respiraba con dificultad intentando calmarme, no explotar, no de nuevo.
Miré lo que tenía en las piernas mientras Alex se levantaba y seguía su camino a la mesa de la cocina, seguro a seguir fumando.
- Escribe, te aturde, escribelo, es tu historia, es lo único que te queda.
Y ahí comenzó todo, lo único que me amarra a la cordura, si es que aún tengo de ella.
Esa chica me lo robó todo, pero aún me queda mi historia o eso creo...
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...