En la pequeña ciudad de Gaitlin, Carolina del Sur, la adolescente Villette Johnson ve sacudido su mundo a la llegada del joven Joyce Murphy. Un hermoso joven con la piel blanca como la nieve, pelirrojo, vistiendo un traje de gala negro, tanta belleza impactaba, pero lo que más impactaba, eran sus ojos, rojos como la sangre, pero hermosos y cautivadores, bañados de un destello de curiosidad por aquella chica que se animó a hablarle. En la ciudad ocurren varios sucesos extraños después de su llegada. Deborah quiere averiguar lo que ocasiona todo ese caos sin saber al peligro al que se expone. Claramente lo que ocasiona todo eso no son animales, pero tampoco son personas.