"Incluso en lo más oscuro... hay luz" (Dramione).
Tras la Gran Guerra Mágica, buena parte de los seguidores del Señor Tenebroso fueron enviados a Azkaban a la espera del beso del Dementor pero un buen puñado de ellos consiguieron escapar y ahora viven escondidos, exiliados en el mundo Muggle.
Hermione acaba de entrar a trabajar en el Ministerio, concretamente en el Departamento de Seguridad Mágica y protección del mundo Muggle, el cuál es el encargado de dar caza a estos mortífagos pues se teme que haya una segunda rebelión mágica, los ideales que Lord Voldemort enseñó a sus súbditos siguen grabados en su mente y en su piel, a través de la Marca Tenebrosa.
Por su parte, Draco Malfoy, que aún teniendo la Marca del Señor Oscuro tatuada en su piel jamás llegó a formar parte de tan mezquina organización, vive su peor pesadilla. Solo, perdido sin sus padres, en un mundo extraño y que aborrece, el mundo muggle. Necesita ayuda si no quiere que su culo termine enfriándose en Azkaban y ella es la única que tiene el poder para hacerlo.
El camino será difícil y doloroso, pues las profundas heridas producidas durante años de acoso en Hogwarts, no se borran con un par de buenas palabras. Si de verdad quiere ganarse la confianza de la Gryffindor, va a tener que encontrar la poca luz que queda en el interior del maltrecho Slytherin. Si falla, será ella misma la que lo escolte hasta Azkaban a recibir su último beso, el del Dementor.