Una cálida noche de invierno una jovencita muy hermosa se encontraba sentada en su habitación observando las estrellas y deseó con todo su ser poder algún día ser como ellas. De pronto una estrella fugaz vio pasar y colocando una mano en su pecho pidió ella un deseo. Lo había pedido con tantas fuerzas y desesperación que pareció que dicha estrella se detenía para observar a una mujer que la mirada con tanta adoración y un brillo en especial adornaba sus bellos ojos celestes eran tan claros y profundos. Entonces paso. La estrella siguió su camino y jamás volvió aparecer. Cómo todo en esta vida el tiempo no tiene freno y avanza para todos sin diferencia alguna de si eres hombre o mujer, no le importa tus defectos o virtudes. El tiempo no perdona. Solo sigue su curso. Lo que Lissa no sabía es que su deseo muy pronto se aria realidad. Acompáñame a descubrir está historia junto a mí. Prometo y te enamoraras de ella. *Todos los derechos reservados*