Eran tiempos modernos en los que mi madre ya no compraba en el Lidl los cojines temporales que metían en los cestos de ofertas. En mi casa el pan pasó a ser integral y el agua vino. Y al fin vino, la esperada visita que todos estábamos esperando ansiosamente. Harry Luna de Plutón, hijo de los barrenderos y de la clase más baja que se encontraba en el barrio además de sirviente en el Hotel Restaurante Etxeberri. Los días fríos pasaron a ser cálidos y la brisa penetraba la oscura y sucia piel de Harry Luna de Plutón, el gitano de la comarca y destinado a encontrar a su novio por Tinder. Llegó el día más sagrado de él y su familia; lo hacían llamar la prueba del pañuelo. Practicadas y reiteradas las numerosas pruebas que hicieron a las gitanas de su familia, el padre, Harry de Luna , dotado por trabajar en el mercadona y usar yuca como juguete erótico, topó con la pareja de su hijo Harry Luna de Plutón, Marcelina la Lubina, criada en la calle 10 Labeaga Kalea. Ella era una mamona, chupaba yuca y mi polla con peluca.All Rights Reserved
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