Si me he encontrado acá, solo y congelado, tuvo que existir un motivo. Antes estuve rodeado por la calidez de su compañía. Toda mi vida. Desde el útero de nuestra madre. Siendo contrarios, como un espejo. ¿Es necesario quitar vida para tenerla? ¿Es el precio del karma? Al final, me parece que el Karma no existe. Dios no existe. Todo resulta ser el Diablo. ¿Cómo llegué a esta conclusión? Supongo que había que empezar por el final... TOKIO HOTEL FANFIC. TWINCEST.