Espero no denigres las palabras aquí plasmadas como algún otro de mis tantos momentos dramáticos. Apuesto, que al principio lo abrirás solo por tu propio (y detestable) ego, y pensaras que en estas cartas solo se encuentra otro intento mío para recuperarte (como si, verdaderamente, me quedaran motivos para quererte de vuelta) así que Samuel, te escribo estas cartas a ti, a pesar de que es probable que tu nunca las leas, pero lo hago para poder renunciar a ti, por eso he decidido que tengo que afrontarlo, ponerme frente a frente a tu recuerdo y a todo lo que tú significas; sea en mi mente o no, y ponerle fin a tu juego, por fin voy a romper las cadenas que me atan a ti. Me has roto tantas veces que ¿que más da una vez mas?