
A veces, el dolor no muere con el tiempo. A veces, se esconde, se disfraza, se acumula... y espera. ¿Mi nombre? Lo sabrás más adelante. Durante años intenté entender por qué mi padre tuvo que morir así. Por qué quienes debieron protegernos, nos traicionaron. Siete años después creí que todo había terminado. Pero el pasado no se queda quieto cuando no ha sido escuchado. Un día cualquiera, algo cambió. No sé si fue una respuesta a mis rezos desesperados, o un error del universo, pero desperté en el 2018... un mes antes de su muerte. Ahora lo sé. Esta no es solo una historia de traición, deuda y pérdida. Esta es mi oportunidad para contar la verdad. Y, tal vez... para cambiarla. Tendrás que averiguarlo. © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.All Rights Reserved
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