¿Alguna vez has sentido ese pequeño palpitar que va en aumento segundo a segundo, provocando una sensación de que tu corazón saldrá de tu pecho en cualquier momento? Y si eso fuera poco, empiezas a notar que el aire te falta, lo que provoca que todos a tu alrededor te miren con una mirada extraña, empeorando todo. Con el tiempo, la falta de aire origina intensos mareos y solo piensas en caminar o correr lejos de todos y de todo, pero algo te lo impide y termina en un desmayo o, en casos peores, convulsiones. Porque nuestra protagonista vive día a día con esta sensación sin poder ser alguien normal como ella quisiera, te invito a sumergirte en esta historia.