De nuevo me encontraba observándolo, rogando por una palabra, una mirada de aquel chico que se había robado mi corazón a primera vista, aquel chico que con una sonrisa te quitaba el aliento, aquel chico de tez blanca, ojos rasgados y cabello perfectamente arreglado. ¿Quién era él? Park Jimin, el chico más popular de todo el colegio, el capitán del equipo de básquet, el que ni en un millón de años se me acercaría, es decir, ¿Por qué de todas las chicas que tenía a sus pies se acercaría a alguien como yo? ¿Alguien normal y aburrida como yo? Era gracioso solo el imaginárselo, el saber que algún día se pararía enfrente de mí y me pediría ser su novia, ¿lo ven? Gracioso. Pero soñar no cuesta nada