Después de sufrir un escalofriante accidente, Lara haría lo imposible por volver a la escuela de arte como si nunca hubiera sucedido nada. Sin embargo, por mucho que creyera que podía superarlo, se daría cuenta de que lo había perdido todo. Despertaría, cada día, en el mismo mundo en blanco y negro. Olvidaría los matices de lo que una vez amó. Pero alguien que también había caído en un pozo la ayudaría a encontrar una salida. A pesar de saber que nada volvería a ser como antes, tenía todo el tiempo del mundo para intentar entender por qué Eva, llena de luz, era capaz de pintar de colores hasta sus pesadillas más oscuras.