Después de sufrir un escalofriante accidente, Lara haría lo imposible por volver a la escuela de arte como si nunca hubiera sucedido nada. Sin embargo, por mucho que creyera que podía superarlo, se daría cuenta de que lo había perdido todo. Despertaría, cada día, en el mismo mundo en blanco y negro. Olvidaría los matices de lo que una vez amó.
Pero alguien que también había caído en un pozo la ayudaría a encontrar una salida. A pesar de saber que nada volvería a ser como antes, tenía todo el tiempo del mundo para intentar entender por qué Eva, llena de luz, era capaz de pintar de colores hasta sus pesadillas más oscuras.
Sofía ingresa a un nuevo internado y ahí conocerá a Verónica Lugo, con un carácter muy particular. La percepción que tiene de ella se ve influenciada por un misterioso suceso que ocurrió en el pasado.
¿Será odio a primera vista? ¿Amor?
¿La situación es como parece?
¡Qué ironía!
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Nuestras miradas se conectan por un breve momento en el cual me permito admirar ese brillo tan especial que tienen sus ojos; sin embargo, ese instante no dura más que unos segundos.
-¡Pero qué demonios! -grita-. ¿A caso no sabe que está estrictamente prohibido obstruir los pasillos?
El coraje en esa voz es casi palpable.
Dios, ¡qué voz!
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Historia basada en "Qué mal me caes" de Ana Larsson (@Anatacansada).