Todo cambia

Con el tiempo entiendes lo importante de equivocarse, de reventarse contra un muro, decaerse, de levantarse, aunque en la siguiente esquina nos espere un nuevo tropiezo. Con los años entiendes, las preguntas que nunca te contestaste, que no te supieron responder, y que alivio, joder! Que no hay dos sin tres y que primero va el uno. Que al igual que la piel, el corazón se regenera también, pero claro, no sin marcas, no sin cicatriz, aunque no se puedan ver.
En aquel momento todo parecía un desastre,
ahora sabes que hay que descubrir el desequilibrio para volver a equilibrarse. Ahora la vida ya no es preguntarse, a que sabrá el casarse, ahora es comerse directamente, la boca, las sábanas, la piel.
Cambian las cosas por las que preocuparse, ahora la vida se compone de sonrisas, de paisaje, de momentos y personas que te hagan sonreír, que se trata de vivir, no de sobrevivir.
Que cambian los matices y ya no pintas con los colores del que dirán, si no con aquellos de aquí se hace lo que tú dices.
Ves a la gente romperse,
que deja de imponerse,
que el mundo lo mueve una cuenta bancaria,
una persona,
una situación,
y no el corazón.
Que aunque la vida parezca precaria,
de ti depende la estabilidad,
de ti depende la seguridad,
también la duración.
Entiendes que el concepto estable,
cambia cuando pasamos de hablar de tenerlo todo bajo control a estar en brazos de alguien que tiende de un hilo, puedes rebanarte contra el suelo pero es ese peligro,
el que te hace sentir vivo,
estabilidad seguir estando al borde del abismo,
seguridad caerse y que te salve o caer contigo.
Así mismo comprender que no cambian todas las cosas si no la azotea desde donde las miras,
Que dirección no es calle,
Que ubicación no es casa,
Si es ir y estar
Pero donde sudar,
Reír
Y llorar,
Dejar de llamar por su nombre a aquello que nos haga sentir hogar.