Un frío y poco soleado otoño, mi abuelo me regaló un columpio, me dijo que lo pusiera donde puedes estar más alto que los demás.
Nunca entendí porque me lo dijo, pero ese día, decidí ir a un establo
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Corrí por todo el lugar hasta llegar a aquel lugar tan alto pero para mí sorpresa, una niña también tenía en sus manos un columpio al igual que yo
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No entendía porque aquel niño tenía que haber llegado al mismo tiempo que yo.
=Hablan los 2
Pero si algo es seguro, es que a pesar de que tan solo éramos pequeños, aún recuerdo aquel sentimiento tan extraño que sentí al vernos igual, aún siento algo fuerte por aquel recuerdo y me he pasado años esperando encontrar a ese amor de aquella mirada inocente, pero siento que después de llegar a un acuerdo, necesito volver a aquel lugar a pelear de nuevo por ese fascinante lugar.
Necesito volver a los columpios de otoño y ver a a esa alma viva y justamente me parece extraño que mi pariente más viejo me diera algo tan simple para ponerlo en un lugar increíble.