Dos personas, miles de recuerdos y vivencias juntos, una misma distancia que los separa, cuando creen haber olvidado a quién fue tu hombro para llorar, a quien le contabas todo lo que a nadie lo hacías, quién te apoyaba y confiaba cuando ni tú lo hacías, ¿pero de verdad es tan fácil olvidar a alguien, por muchos años que pasen, por mucha distancia que les separe, aunque no se hayan vuelto a hablar nunca, y aún más con todo lo vivido juntos, fue el hombro en el que llorar? ¿Y si la más pequeña e insignificante casualidad uniera de nuevo a dos viejos amigos, a dos personas que podían confiar más en la otra que en ellos mismos, a su apoyo incondicional, al hombro en el que tantas veces lloraron?
Si quieres saber más sobre esta historia quédate a leerla